El tiempo es una imagen móvil de la eternidad

miércoles, 22 de febrero de 2012

Un mundo de cristal

Querida Laeli:  

     No conozco el sitio donde vives, nunca he visto ni tu cara ni tus manos, nunca he escuchado tu voz y, sin embargo, espero poder volcar en estas cartas que te envío mis inquietudes de pequeña moradora en esta pequeña región del mundo llamada Babia. Sé que tenemos cosas en común y espero que cada vez sean más y más, hasta que lleguemos a vernos. Pero en este momento busco la redención.

     Siento como si viviera en un castillo sin puertas ni ventanas, donde el sol sólo aprecia en el punto más alto de su trayectoria, a través de las claraboyas que hay en cada una de las habitaciones por las que me paseo, pero es como si todo a mi alrededor fuera transparente, y yo fuera como un escaparate en que todos fijan la vista para no apartarla jamás, mientras emiten juicios que nadie las ha pedido, y buscas apoyos de personas que nada saben del tema, mientras el número de miradas sobre mí crece de manera exponencial, y cada día que al despertarme siento este castillo un poco más pequeño, con menos sitio para moverme y menos aire que respirar.

     Ya no me acuerdo cómo llegué a estar aquí dentro, no consigo encontrar la que fue un día la puerta de entrada, para poder utilizarla hoy como puerta de salida. Todos mis esfuerzos se centran en tratar de hacer ver a mis jueces que nada de lo hago es de su incumbencia, pero mis palabras no se entienden, se tergiversan y acabo tirada en el suelo lamentándome por haberme equivocado un día y tener que pagarlo por siempre.

     Sé que la gente comete errores, y hay quien logra el perdón o tiene la oportunidad de empezar de nuevo, pero es que no sé cómo hacérselo ver a quienes parece que tienen la llave de mi libertad.

     Espero tener noticias tuyas pronto, y que tu voz sea la luz que me permita encontrar una salida. 

     Un abrazo grande desde Babia, un mundo de cristal.

viernes, 17 de febrero de 2012

Algo de luz

Querido Sago:

     Estamos a vivir unha época única na que sobrevivir parece ser a única norma válida para os que ao nacer non tivemos a sorte de facelo nunha familia acomodada, e a nosa chegada ao mundo foi sempre un sacrificio, nos primeiros momentos por parte dos que nos rodeaban, para pasar a ser un sacrificio propio durante o resto da nosa vida. Sacrificios tan diferentes como pode ser o endebedamento do tempo que nos gustaría dedicarlle aos que máis queremos, en favor de lograr traer a final de mes un salario que nos permita subsistir; ou endebedamento dos soños de ser " un algo máis", pero que a forza de derrotas, sabes que non vas poder máis que rozar a través dos relatos doutros, das vidas dos que si naceron na casta privilexiada.

     Todo se volveu demasiado complicado, tanto... que incluso explicalo é unha tarefa inútil que só nos  levaría a ser conscientes de que no fondo, nin nós mesmos entendemos como puidemos chegar a este punto de incoherencias aplastantes e necesidades insatisfeitas. Convertéronos en especuladores sen sabelo, fóbicos sen buscalo, individualistas sen pretendelo e dependentes das ideas que nos inculquen outros para poder comentar por aí que aínda mantemos a capacidade para pensar, sen ter o valor de dicir que o que facemos en realidade non é pensar, senón darlle voltas ás mesmas cousas para chegar ás mesmas conclusións e decidir que non podemos facer nada para cambiar o mundo, e que o mellor é que pase o que teña que pasar.

     Conformismo, apatía, desgana, abulia, somentemento... Parece que nos gañaron a batalla conseguindo dividirnos, pero algo está a cambiar. Hai ollos que buscan pequenos ocos por onde se filtre algo de luz, e non perde o tempo descubrindo outras persoas que actúan do mesmo xeito; e fronte a ausencia de referentes modernos buscan naqueles que en épocas pasadas conseguiron cambiar o que parecía un imposible, e ao igual ca eles, tamén aquelas persoas comezaron sen apenas nada, e todo cunha base que parece sinxela aínda que garda baixo a súa apariencia un poder imparable, é a desobediencia civil, e os nosos referentes son nada máis e nada menos que Tolstoi, Gandhi ou Martin Luther King. Non sei se este é o camiño, pero é o que ofrece máis luz e maiores recompensas.

    Seguirei informándote dos avances que se produzan. Unha aperta grande desde Babia, onde queremos facer ben as cousas.

lunes, 13 de febrero de 2012

Las personas perdidas

Querido Jarei:

     No tenía nada claro cómo iba a empezar esta carta a alguien que, en realidad, no conozco, pero la comienzo de esta forma tan improvisada como práctica. Me han dicho que eres  especialista en tratar con personas perdidas. Sé bien que eso no obedece a ninguna disciplina médica, pero  pude comprobar algún que otro resultado de tu trabajo y decidí que en esta cruzada que hemos emprendido por volver a  poner a Babia en el mapa, tú serías mi referente, la conciencia de las personas perdidas.

     Mi caso supongo que no será muy diferente a los que sueles tratar a diario, pero para mí es importante saber hacia donde tengo que dirigir mis pasos para lograr reencontrarme con la persona que dicen que soy y que hoy por hoy no soy capaz de reconocer. Es curioso llegar a este punto cuando ya se está rozando el ecuador del tiempo de vida asignado al nacer, y estar más perdidos ahora que en aquella ya lejana etapa de granos y dolores de huesos, como peaje a pagar para acceder al mundo de los adultos. Sin embargo, la realidad es ésta, estoy perdido. No hallo referentes que consigan dar sentido a algunos de los días vividos en el último año. Todo se me plantea irreal, preparado de antemano por un ser superior que no presenta indulgencia alguna con las personas que sufren una terrible debilidad frente a las mentiras. 

     Por mi incapacidad para ver lo real de todo lo que me rodea, he dejado irse a la que había sido mi pareja durante casi 30 años; mis hijos son dos extraños  a los que veo cuando vienen de la visita y con los que sólo consigo entablar conversaciones sobre el tiempo, el fútbol o algún acontecimiento local. El resto de la familia simplemente no existe. Se hartaron de mis ausencias y hemos acordado ignorarnos mutuamente. Estoy de baja en un trabajo en el que nunca había aportado nada, y mis días se escurren como en un cuadro de Dalí, sin que haya marco alguno que frene esta irrefrenable pérdida.

     Espero no haberte aburrido con toda esta palabrería, y saber que al otro lado encontraré las respuestas que a día de hoy no hallé en ninguna otra parte.

     Un saludo desde Babia, una pequeña parte del Mundo.

sábado, 11 de febrero de 2012

La marea violeta

Querida Huri:

     Hemos empezado este 2012 con un cambio de color evidente, quizás demasiado forzado por las circunstancias que estamos a vivir y, en parte, padecer por las malas decisiones de quienes no están. Este país tira para delante como mejor puede y sin embargo el avance es, para muchas mujeres, un retroceso a épocas en las que hablar de igualdad era casi una utopía.

     En aras de mejorar una situación económica que no mejora se ceban sobre nosotros con  inacabables recortes que nos dejan sin muchas de las armas de las que habíamos hecho acopio. Vimos desaparecer el ministerio de igualdad como medida menos mala de todo esto, pero es que los recortes han llegado a un punto peligroso, como es el reducir partidas presupuestarias para la lucha contra la violencia machista, con la consiguiente desprotección de las víctimas, tanto directas como indirectas, bien sea por el recorte en ayudas económicas, como en vigilancia o en la prevención misma.

     Pero no sólo se deja notar en este ámbito, sino que se ha dejado de lado la perspectiva de género, que es lo que permite ver la situación de la mujer en la sociedad con una mirada objetiva, y así poder tomar las decisiones para la eliminación de las desigualdades. También sufrimos un retroceso en la ley de salud sexual y reproductiva, al negarnos la posibilidad de decidir por nosotras mismas sobre nuestro cuerpo y tener que aducir una serie de causas que otras personas deben valorar por nosotras y decidir así si tenemos o no el derecho a abortar, entre otros derechos.

     Es una vuelta atrás peligrosa que tenemos que parar, estos días se ha puesto en marcha la marea violeta para hacer visibles estas y otras reivindicaciones. Las apoyaremos, porque nos jugamos mucho...

     Un abrazo grande desde Babia, donde no queremos dar un paso atrás.

jueves, 9 de febrero de 2012

Entre Babia e o resto do mundo

Querida Moraima :

     Despois de moito tempo fóra, decidín volver ao meu pequeno mundo e descubrín que é moito máis pequeno agora que antes, a poboación diminuiu tanto que case non atopo rostros coñecidos, pero aquí estou.

     Fíxose duro retornar. Recoller o pouco que quedou da miña aventura polo gran mundo e darse de conta que o que os meus motivos e logros non ocupan máis que unha maleta, porque a derrota e as malas experiencias lévoas dentro, non teño que recollelas para traelas comigo, senón que xa forman parte de min, e desde que decidín regresar e aceptar que se quería facer algo o tería que facer eu soa, teño que aprender a convivir con esa parte negativa do meu ser.

     O que máis me custou ao chegar foi atopar a maneira de que che chegase esta carta. Non van poñer en funcionamento do servicio postal ata que vexan un aumento claro de usuarios en Babia, así que despois de utlizar unha vía alternativa para esta carta, púxenme mans a obra e fixen que todos os habitantes desta pequena rexión se puxeran a escribir, que contaran verdades ou mentiras, que se queixaran do mundo ou deran as grazas por seguiren vivos, que falaran de amores perdidos ou amores soñados, pero que escribiran. Algúns non sabían a quen e comecei a falarlles dos meus coñecidos, persoas compresivas e atentas que estaban sempre dispostas a facer novas amizades, sabedora de que contestarían e lograrían así que o vicio de escribir se metera dentro deles para non abandonalos xamais.

     Eu son a primeira que quere poñer en marcha a vía epistolar entre Babia e o resto do mundo, pero despois de min espero que cheguen moitas máis cartas. Cruzo os dedos para que así sexa. 

     Unha aperta moi grande desde Babia, onde todo volve comezar.