¿Por qué no?

Querido Nuevo Siglo (3):

     En el 2004 se firmó la “Carta Mundial de las Mujeres para la Humanidad", a través de ella se preconiza que no basta con la simple declaración de igualdad porque la igualdad de derechos en el orden patriarcal se mediatiza a través de los privilegios históricos del género masculino. Así como no basta con reconocer a las mujeres el derecho a la participación, es imprescindible promover condiciones y mecanismos que garanticen que esa participación sea efectiva. No puede conformarse con la igualdad de oportunidades , sino que se debe avanzar hacia la igualdad de resultados. Y debe construir también una nueva lógica del poder, más centrada en la ética de cuidado de la vida humana y natural, donde la debilidad no sea abusada por la fuerza. 

     Se firmó en el 2004 y aún estamos pidiendo permiso para reclamar derechos que nos pertenecen desde el momento mismo del nacimiento. Aún se debate sobre si la mujer tiene o no derecho a decidir sobre su capacidad reproductora; soportamos políticas que buscan la igualdad de oportunidades para que al conseguirla nos digan que no te puedes quejar, que te han dado la oportunidad pero que, aún así,  no lo has logrado. El porqué no lo has logrado no aparecerá nunca en ningún sitio, te lo puedes imaginar,  puedes darle vueltas, pero todo serán especulaciones.

     No sé cuántas cartas harán falta para que ya no hagan falta más, cuántas reuniones, convenciones, cumbres internacionales donde el tema central sea la mujer, como un tema aparte de los demás, como si para reunirse las mujeres se tuviera que tratar siempre de "cosas de mujeres", no siendo más que una integración desintegrada. Cómo se podrá lograr que algo cambie si no dejamos de ser testigos de que sólo en las reuniones sobre mujeres hay mujeres, mientras que en las demás se produce un desfile de hombres de todas las edades y etnias decidiendo sobre temas que nos afectan a todos, tanto a  hombres como a mujeres. 

     A la mujer del siglo XXI no hay sólo que darle oportunidades, sino que debe reconocérsele el derecho al resultado, el derecho a tomar decisiones y ser responsables de las consecuencias; de las negativas, por supuesto, pero sobretodo de las positivas que son las que darán poder para alcanzar cada vez metas más altas, y que de una vez por todas no sea el sexo lo que nos separe, sino que sea el querer alcanzar objetivos comunes lo que nos una. Nadie dijo que fuera fácil, pero el discurso tiene que cambiar y cuando a una mujer se le diga un " no", la respuesta debería ser siempre un " y ¿por qué no?

    Un abrazo grande desde Babia, donde a veces me inundan las dudas.