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sábado, 17 de septiembre de 2011

Feminismo

Querido Nuevo Siglo (7):
     Esta semana he vuelto a escuchar otro chiste estúpido sobre lesbianas y feministas, dos conceptos que desde siempre han ido de la mano sin entendar que de la misma forma que pueden ir unidos, pueden no tener nada que ver. El chiste decía: ¿sabes por qué dios creó a las lesbianas?- Para que las feministas no se reproduzcan.

     Estupideces como ésta son las que dan respuesta a la cuestión de si hoy, en pleno siglo XXI, son aún necesarias las feministas o son sólo una sombra alargada de un movimiento que tuvo su razón de ser hace ya mucho tiempo. La ignorancia es lo que más hace daño, extender la creencia que machismo y feminismo son las dos caras de una misma moneda, cuando el feminismo es, por definición, el movimiento que exige para las mujeres iguales derechos que para los hombres, por lo que viendo la situación actual de las mujeres en el mundo es más que nunca necesario que el movimiento feminista se haga más visible y que alce la voz en defensa de los principios que defiende. La lucha no sólo está centrada en los patrones vigentes entre hombres y mujeres, sino también hay que plantar frente a ciertos comentarios, artículos, opiniones, anuncios, etc. que buscan desprestigiar a este movimiento para debilitarlo  y conseguir que las nuevas generaciones vean al feminismo como algo que no va con ellas.

     Hay que lograr apartar ese mal uso del lenguaje que juega en nuestra contra y llamarle a las cosas por su nombre, y entender que las feministas (y los feministas) son personas que buscan la no discriminación por razón de sexo, que ansían lograr la igualdad, y todos aquellos que sólo quieren desprestigiar un trabajo así, deben ser observados con lupa, ya que sus intereses sólo pueden ser espúreos, y nunca deben ser receptores de nuestra confianza. Mantenerse fiel a ciertos principios es lo que nos hará avanzar, y que si alguien habla del feminismo lo haga con conocimiento de causa y no solamente con la en prejuicios infundados.

   Somos lo que somos y debemos tener claro qué queremos ser. Un abrazo grande desde Babia, donde llamamos a las cosas por su nombre.

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