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lunes, 10 de octubre de 2011

Ya no queremos ser señoritas

Querido Nuevo Siglo (8):
     Para lograr grandes cambios hay que empezar por simples hechos, y mejor si son visibles, aunque sea en las distancias cortas. Para llegar a la igualdad real hay que comenzar por creérselo e ir eliminando pequeñas herencias de tiempos pasadas en los que el papel de la mujer estaba dibujado por el hombre. Hoy podemos definirlo nosotras y no será un mal comienzo el decir alto y claro que ya no queremos ser señoritas.

     Durante mucho tiempo el uso del término "señorita" estaba reservado para el tratamiento de las mujeres que eran profesoras, enfermeras o secretarias, pero también se designa "señorita" a la mujer soltera; en cambio el término "señorito" se utiliza sin referencia al estado civil del hombre y, a diferencia de la mujer se utiliza para el hijo del señor de la casa o para alguien que no está acostumbrado a trabajar. Hoy en día se utiliza para los hombres exclusivamente el término "señor", sin embargo para las mujeres se sigue haciendo la distinción entre señoras y señoritas por el hecho de estar o no casadas. Por ello, un buen comienzo es evitar las pequeñas diferencias y que seamos todos señores o señoras, sin referencia alguna al estado civil de cada cual.

    Puede parecer algo trivial pero hay muchísimas diferencias de tratamiento entre hombres y mujeres en el lenguaje que pueden llevar a utilizaciones perniciosas por alguien malintencionado, de ahí que siguiendo el refrán sea mejor prevenir que curar.
   

2 comentarios:

  1. Da la impresión que las mujeres debemos casarnos para ascender de señoritas a señoras, estoy totalmente e acuerdo con eso de que no quiero ser una señorita.

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  2. Es una forma más de discrimnación silenciosa, una manera de seguir perpetuanda ciertos roles que ya deberían estar abolidos.Seamos todas señoras!!

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