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lunes, 14 de noviembre de 2011

¿Qué sucede con las mujeres?

Querido Nuevo Siglo (9):

      Están de moda los cincuentones, en esas listas que de una manera imparable se publican en diferentes medios aparecen entre los más guapos, los más sexys, los más deseados los hombre que han pasado, o están a punto de hacerlo, los cincuenta años. Ahí están ellos magníficos con sus canas, los que aún tienen pelo, o con su calvicie prominente, con sus patas de gallo, las bolsas de los ojos, las arrugas marcadas en frente y comisura de los labios, manteniéndose delgados pero lejos ya de mostrar un aspecto atlético, y sin embargo, siguen arrebatándole los primeros puestos de dichas listas a jóvenes depilados y esculpidos a golde de gimnasio o bisturí que no consiguen emocionar más que a alguna colegiala despistada.

     En cambio me pregunto, ¿qué sucede con las mujeres? realizando el mismo criterio de búsqueda me doy de bruces con fotos de chicas jovencísimas, delgadísimos y operadísimas.  Algunas de ellas propios esqueletos andantes, pobres sufridoras alzadas sobre unos imposibles zapatos de aguja y soportando la aprobación global en forma de dos pechos inmensos que parecen puestos ahí para que resten atención a otras partes corporales menos llamativas. ¿Dónde están las mujeres de cincuenta, de cuarenta? ¿es que al llegar a los treinta y tantos desaparecen? ¿se convierten en calabazas? ¿se vuelven invisibles?

     Curiosamente las grandes consumidoras de estas listas y sus cotilleos somos las mujeres, como consecuencia de una educación deficiente, pero incapaces de echar de menos a la mujeres reales, de reivindicar las arrugas de expresión en las fotos que nos muestras. Inconscientes seguidoras de una corriente de belleza que por gustar no gusta a nadie que no odie a su vez  a las mujeres, porque aquél que en algún momento de su vida amó a una mujer sabe cuál es la verdadera belleza Todos los demás la seguirán buscando en esas listas...

1 comentario:

  1. É curioso e a min tamén me fai pensar. A muller case sempre sufre dobre discriminacións (cando non son máis) do estilo: muller-gorda, muller-fea, muller-lesbiana, muller-feminista, muller-nai... e mil calificativos e roles que se lle podan acuñar a calquera muller. Sempre tivemos que demostrar o dobre ca un home e vai sendo hora de cambiar esto, e a base está na educación.
    Pero curiosamente a educación está infravalorada, non se educa na diversidade, pretende que sigamos acatando roles tradicionales que nos fan ser discriminadas por duplicado, triplicado ou cuatriplicado...
    Din por aí que se se pretende cambiar o mundo hai que empezar por cada unha de nós, eu empecei o cambio e agora non podo cambiar e dende a miña postura so podo facer ver a quen me rodea estos "pequenos" detalles... Nós podemos e non podemos desisitr no intento de cambiar estas cousas! Un abrazo para Babia, ese lugar que me gustaría coñecer.

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